Sin maestros no se explica la evolución y progreso de la sociedad tlaxcalteca. Ellos se encargan de instruir y transmitir conocimientos, además de coadyuvar con los padres de familia para moldear el carácter de los alumnos para que el día de mañana obtengan una profesión, y si es de maestro, mucho mejor, sostienen.
Todo esto, a pesar de que los profesores enfrentan riesgos en las comunidades donde prestan su servicio. Que no sean bien remunerados o que su desempeño sea criticado por la sociedad.
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Otros, que se han preparado académicamente durante años, gozan de buenos sueldos y realizan su trabajo con menos estrés.
En Tlaxcala hay 22 mil 241 maestros que trabajan en dos mil 304 escuelas, en turnos matutino y vespertino, revela el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
De ellos, seis mil 60 corresponden a educación primaria, cinco mil 48 a secundaria y cinco mil 120 a educación media superior. Además, dos mil 316 maestras que laboran en 289 planteles de nivel preescolar.
PANOTLA, TIERRA DE MAESTROS
De los 28 mil 357 habitantes que tiene Panotla, de acuerdo con el Inegi, casi el 30 % de la Población Económicamente Activa es profesionista, pero no se sabe con exactitud cuántos se dedican a la docencia; lo que la gente sí reconoce del municipio es que es tierra de profesores.
Al respecto, Salvador Sigüenza Orozco escribió en la Revista Mexicana de Investigación Educativa que en Tlaxcala, de 1910 a 1940, solo tenía sentido cursar la primaria elemental para llegar a ser maestro de escuela.
Quienes estudiaban más tiempo, comentó, se convirtieron en líderes como comisariados ejidales y dirigentes sindicales.
Por ello, el autor aseveró que la escuela primaria Vicente Guerrero fue una de las primeras en el estado de Tlaxcala con una educación completa a partir de 1910.
Destacó que a este plantel asistían niñas y niños de los pueblos circunvecinos para completar su instrucción primaria, ya que en otras escuelas solo había hasta tercer año. Así, en la década de los 40, la escuela Vicente Guerrero alcanzó su esplendor con alumnos y maestros destacados, documenta Sigüenza.
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Refirió que de 1945 a 1948, por gestión de autoridades municipales como el presidente Ernesto Flores Lima, apoyado por los expresidentes Julián Flores Sánchez y Raciel Santacruz Morales, iniciaron la construcción del edificio con salones modernos que cubrieran la normatividad de la Secretaría de Educación Pública.
Luego, comentó que de 1940 a 1950, la plantilla de docentes de la escuela primaria estaba integrada por Luis Pineda, director; Angelina Uribe, maestra de preescolar; Eustolia Palma, primer año; Marina Vázquez Baleón y María Luisa Nava, segundo año; Constantino Molina Carro, Modesta Lima y Adela Sánchez Aguilar, tercer año; Lorenzo Mora y Delfino Estrada, cuarto año; Pedro Bañuelos Galicia e Isidoro Sánchez Aguilar, quinto año, y Jabel Carro Santacruz e Irene Rubalcaba en sexto año, una planta docente de vocación.
Ya que la población había incrementado y el inmueble era insuficiente, para 1974, enfatizó el investigador, las autoridades decidieron edificar otra escuela en la calle Benito Juárez, donde actualmente opera.
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PRIMERA ESCUELA EN SOLTEPEC, HUAMANTLA, EN 1938
En 1938, correspondió al gobernador Isidro Candia Galván inaugurar la primera escuela normal para maestros en la exhacienda Soltepec, en dichas aulas improvisadas estudiaban mujeres y hombres, revela José Hernández Castillo, cronista de Huamantla.
El investigador, de 96 años de edad, rememora que el primer director de la normal -durante el mandato del gobernador agrarista- fue el profesor Santos Galicia, pero después de su retiro fue nombrada Leonarda Gómez Blanco, madre de Tulio Hernández Gómez, gobernador de Tlaxcala durante el periodo 1981-1987.
La maestra Leonarda vio suspendido su trabajo de directora de la normal por el nacimiento de Tulio, quien fue Gobernador, él fue criado en Huamantla pues su mamá regresó al internado, explica.
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Comenta que fue contratado por la directora para arreglar los catres y estufas de petróleo en las habitaciones del internado de los futuros maestros.
Inclusive, recuerda que de las primeras generaciones de maestros, en 1943 se creó la primera escuela secundaria sin nombre del magisterio, situada a un costado de la parroquia de San Luis Obispo. “Fui egresado de esa escuela, los maestros de la normal nos daban clases
Refiere que en 1954 la escuela normal fue trasladada a Panotla, pues los ejidatarios de San Nicolás ofrecieron la tierra, mientras que el gobierno edificó los salones.
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No obstante, aclara que desde entonces funge como normal para mujeres, mientras que los hombres fueron internados en la normal rural Luis Villarreal en el Mexe, Hidalgo, pues ya operaba desde 1922.
LAS NORMALES TRAJERON AUGE A TLAXCALA: CARRO
En 2010, Alicia Carro Cano se jubiló después de 38 años de servicio en la docencia, inicialmente como maestra de matemáticas en la Escuela Normal Rural Benito Juárez, ubicada en Panotla.
La decana e investigadora estudió de 1968 a 1974 en la normal rural de Panotla (secundaria y normal), un año después formó parte de la plantilla de maestros, como interina al inicio, y después se ganó su plaza.
– Maestra, ¿qué recuerdos tiene de su paso por el internado?
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– “Nos tocó vivir el movimiento estudiantil de México 68, pero un año antes fuimos sede de los juegos deportivos nacionales, con grandes experiencias en nuestra escuela”, aseveró.
Afirmó que a nivel nacional se conformaron 33 escuelas normales, pero con el paso del tiempo, solo quedaron 17, es decir, casi la mitad.
En entrevista, resaltó que la normal rural llegó a Panotla en 1958, aunque fue fundada en 1938 por el profesor Rolando Uribe Camas. Dio auge a Tlaxcala y años después la normal preescolar Francisca Madera Martínez fortaleció el proyecto de educación al activar la economía del municipio.
Recordó que la institución fue el “parteaguas” a nivel naciona, pues antes de 1995 egresaron cada año hasta 100 maestras con plaza.
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Explicó que en el internado -que este año cumplió 85 años- siempre se tuvo presencia de alumnas de Panotla y de Tlaxcala, quienes salieron a todo el país a enseñar lo aprendido en las aulas.
Rememoró que, al inicio, el internado tenía una matrícula escolar de hasta 500 alumnas, pero ahora apenas superan las 230, lo que significa que se han perdido más de la mitad de las becas que otorga el gobierno federal. Por eso, subrayó que el Inegi reporta más maestras que maestros en servicio en el municipio. De hecho, dijo que las estadísticas coinciden pues la matrícula escolar del ciclo 2018-2019 en las 60 escuelas con que cuenta Panotla era de nueve mil 132 alumnos de los cuales el 53.2 % son mujeres y el 46.7 % hombres.
Me ha tocado vivir grandes e inolvidables historias con las alumnas y maestras donde permanecí más de la mitad de mi vida, destacó.
Estableció que en ningún municipio de Tlaxcala hay dos normales donde han egresado licenciadas en Educación Primaria y trabajan en todo el país. Por ello, consideró que a Panotla se le considera tierra de maestros, pues en 60 generaciones han egresado unas cuatro mil maestras.
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Destacó que inicialmente la aceptación de alumnas de otras entidades obligó a la contratación de maestros y maestras foráneos. Inclusive, dijo que a la fecha existe una colonia integrada por maestros y personal de apoyo que cuentan con vivienda anexa a la escuela de las normalistas.
Resaltó que, como profesionista, el mejor legado que se lleva es que una de sus hijas con grado de doctorado en Educación imparte clases a las nuevas generaciones de la normal rural.
22 mil 241 maestros hay en Tlaxcala que trabajan en dos mil 304 escuelas, revela el Inegi
EL APUNTE
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En la década de los 40, la escuela Vicente Guerrero alcanzó su esplendor con alumnos y maestros destacados, documenta Singüenza.
Alicia Cano Carro, maestra jubilada
Me ha tocado vivir grandes e inolvidables historias con las alumnas y maestras donde permanecí más de la mitad de mi vida”
