Tlaxcala es testigo de que, a pesar de los pesares, la mayor esperanza de vida es un hecho, y que además ese disfrute de un apreciable y constante aumento del número de calendarios lleva aparejado una situación personal en buenas condiciones, eso que se ha dado en llamar calidad de vida. Tomasita Fernández Flores celebró su centenario, un siglo que de cierta manera teme porque es consciente del revuelo que se le avecina.
La cumpleañera tuvo 13 hijos, quienes le dieron 24 nietos, 27 bisnietos y tres tataranietos, quienes le festejaron en grande su siglo de vida con una misa en la iglesia de Nuestra Señora de Ocotlán, en Tlaxcala capital. Después ofrecieron una recepción a los invitados en casa de unos de sus nietos en el municipio de Tepeyanco.
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Los asistentes a esta celebración disfrutaron de un menú que constó de crema de nuez y piñón, espagueti verde, puré de papa y chuleta en salsa de almendras.
Al platicar con ella, dijo que le gusta estar al día, reconoció que hasta que la vista se lo permita, seguirá siendo una puntual lectora de prensa y seguidora de las noticias por televisión.
Como inventos prácticos le da valor al teléfono. Y si de valores sociales se trata, considera que el más grande es que la familia permanezca unida.
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“Nosotros -apunta- sabemos vivir y agradecer, con lo poco que había éramos felices, disfrutábamos. Hemos sido gente de muy buen conformar”.
- Tuvo 13 hijos, tiene 24 nietos, 27 bisnietos y tres tataranietos que ama inmensamente.
