*Muestra de identidad y tradición.
385 Grados / Quintanar Roo / Constanza GUARNEROS / Con su tradición, cultura e historia, Tlaxcala sigue su conquista, esta vez al otro extremo del país, ahora desde la Riviera Maya, y es que propios y extraños se maravillan de sus majestuosas vestimentas y sus danzas carnavalescas, su gastronomía y su artesanía que se las apropian como souvenirs.
Los asistentes al festival de vida y muerte que se lleva a cabo anualmente en el parque Xcaret, en Playa del Carmen, esta vez quieren ser parte de los bailes de carnaval y no se quedan con las ganas, se suman al son de la música que le da identidad al carnaval de Tlaxcala, ese que data de la época de la conquista.
El tararara, tararara de la música es el son que atrae a miles de turistas, que ahora saben que el estado de Tlaxcala se caracteriza por su gran historia, porque si en esos tiempos de la conquista no nos hubiéramos unido a los españoles para derrotar a los aztecas, quizá américa tuviera otra leyenda.
Aquí, las danzas del carnaval se remontan a los tiempos de la conquista de los españoles a tierras indígenas, pues según la historia de Tlaxcala, éstas surgen cuando nuestra gente trató de emular a los españoles, porque los nativos no eran invitados a las grandes fiestas.
Las máscaras con rostros y ojos claros, además barbados, la majestuosidad de sus vestimentas son el gran atractivo en este lugar abarrotado, al que llegan visitantes del estado de Quintana Roo, del país, de diversas partes del mundo.
Se chupan hasta los dedos, y no se diga de la degustación de sus platillos, también ancestrales.
Son parte del saboreo, aquí en esta parte sureña de nuestro México.
Y aunque algunos los llaman bichos, se trata de los gusanos de maguey, de los tecoles, chicatanas y chapulines, que nos dan identidad, son nuestra gastronomía tlaxcalteca.
Lo importante es que los asistentes no se quieren ir sin degustar los tacos de canasta, los mixiotes, los tlacoyos, los tamales, el pipián, el mole, el pan de fiesta con helado, el agua de barranca, el pulque, en fin, la mayoría hasta se chupa hasta los dedos.
Extranjeros aprecian el colorido de la artesanía. Los visitantes al parque de Xcaret, un lugar de los más dispendiosos del país, aprecian el colorido de nuestra artesanía, los textiles de Contla, los saltillos, ahora convertidos en prendas comunes y portátiles, como souvenirs, la plata de Tlaxco, artículos elaborados con hojas de maíz, en fin.
Estos artículos que para nosotros son ya tan comunes, son apreciados por los extranjeros que gustosos portan las prendas elaboradas por los artesanos en los telares, esos que también nos dan identidad.
Así es como Tlaxcala sigue su conquista, ahora desde la Riviera Maya.
