Ucrania y Rusia intercambiaron acusaciones este 19 de febrero sobre presuntos movimientos de material nuclear para inclinar la balanza en la invasión que esta semana cumple un año.
Los servicios secretos ucranianos alertaron de que Rusia se prepara para realizar “ejercicios a gran escala de fuerzas nucleares estratégicas” a modo de “chantaje” en vísperas de la visita a Polonia del presidente de Estados Unidos, Joe Biden.
Según los servicios secretos ucranianos, la decisión de realizar estas maniobras forma parte de un intento de “obstaculizar” la visita europea de Biden, que aterrizará este lunes en Varsovia en un viaje que coincide con el primer aniversario de la invasión rusa de Ucrania.
La estrategia de Moscú pasa por usar el “chantaje nuclear directo” para “debilitar el apoyo internacional a Ucrania”, concluyeron.
Por su parte, el Ministerio de Defensa ruso afirmó en un comunicado que se habían transportado sustancias radiactivas a Ucrania desde un país europeo y que Kiev estaba preparando una “provocación” a gran escala.
“El objetivo de la provocación es acusar al Ejército ruso de llevar a cabo supuestamente ataques indiscriminados frente instalaciones radiactivas peligrosas en Ucrania, provocando la fuga de sustancias radiactivas y la contaminación de la zona“, afirmó.
Desde el comienzo de su invasión de Ucrania, Rusia ha acusado repetidamente a Kiev de planear operaciones de “bandera falsa” con armas no convencionales, utilizando materiales biológicos o radiactivos. Ningún ataque de este tipo se ha materializado.
Ucrania y sus aliados han rechazado tales acusaciones calificándolas de intentos cínicos de difundir desinformación y han acusado a Moscú de planear incidentes por su cuenta en un intento de culpar a Ucrania.
El intercambio de acusaciones entre Kiev y Moscú se da apenas unos días después de que el Ministerio de Defensa de Noruega plantease la posibilidad de que Rusia haya transferido pare de sus capacidades nucleares a los buques y submarinos de su Flota Norte.