Si bien las redes sociales nos han convertido en ‘todólogos’ escondidos bajo el sello del anonimato, también actúan como una suerte de agenda y mantienen actualizado el debate público. Esta semana TikTok bombardeó Internet con el cartel de la película “Dos corazones”, la cual ocupa el primer lugar mensual en plataformas de streaming a pesar de haber sido destrozada por la crítica en 2020, su año de estreno, ¿qué pasó en el inter?
La obra del director estadounidense Lance Hool trabaja bajo una premisa sencilla de historias cruzadas. La primera línea es la de Chis (Jacob Elordi), un estudiante de 19 años en medio de la ilusión de su primer amor y la euforia de la llegada a la universidad en pleno diagnóstico de aneurisma.
Por otro lado, está Jorge (Adan Canto), un empresario recién casado, quien vive desde niño con una enfermedad pulmonar que reduce paulatinamente su calidad de vida hasta mermar la plenitud de su reciente matrimonio.
A pesar de ser historias separadas, las vidas de Chis y Jorge se entrecruzan de manera inesperada y el destino se convierte en un tercer personaje protagónico que dialoga respecto a la importancia de la donación de órganos y la sabia elección de la familia. Aquel ‘plot twist’ es tan predecible como efectivo para su público meta, pues se trata de un ‘dramón’ juvenil en todo el sentido de la palabra.
Aunque limitados, los recursos narrativos y estilísticos logran conmover a la audiencia con un extra: el romance en las historias secundarias. Ese es el secreto de su éxito. La fórmula del protagonista sufrido en brazos de la pareja heroína en películas como “Bajo la misma estrella” o “Yo antes de ti” aún no perece. No obstante, cabe señalar que el argumento de este filme fue recuperado del libro escrito por el padre de Chris titulado All My Tomorrows: A Story of Tragedy, Transplant and Hope, es decir, la película está basada en hechos reales.
Dice la canción que: “Mientras unos caen otros se levantan. A todos nos va devorar esta tierra, nuestra visita es tan corta, es la única salida”, esa es la moraleja contenida en “Dos corazones”: la vida es una serie de eventos desafortunados y, a la vez, una retahíla de bendiciones.