Cientos de pobladores de Contla de Juan Cuamatzi se solidarizaron este lunes con la familia de Raúl N., de 37 años de edad, quien perdió la vida la noche del pasado viernes tres de marzo al registrar graves quemaduras tras la accidental explosión de un polvorín de su propiedad.
A las 10:30 horas arribó su féretro a la parroquia de San Bernardino de Siena, la cual lució abarrotada de familiares, amigos y vecinos que se solidarizaron ante la repentina pérdida.
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Su madre y hermanos, algunos de ellos con flores entre sus manos, ocuparon las primeras filas de las bancas del templo, mientras que el resto se acomodó como pudo en la amplia iglesia católica.
Durante la homilía, el sacerdote oró por la resignación de los seres queridos de Raúl ante su repentina muerte, además sostuvo que ahora disfruta del reino de los cielos al lado de Dios Todopoderoso.
Al concluir la misa, el repique de campanas se escuchó estremecedor en toda la cabecera municipal de la llamada “capital del carnaval tlaxcalteca”.
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Funcionarios del gobierno municipal, empresarios textileros, músicos, comerciantes y personas del pueblo dieron el pésame a los integrantes de la familia por la tragedia suscitada y a manera de consuelo, emitieron suaves comentarios para tratar de aliviar su sufrimiento.
Al arribar el ataúd al panteón municipal, un mariachi entonó canciones que eran del agrado del fallecido artesano pirotécnico, entre ellas algunos temas de rondalla, género del que Raúl era fiel seguidor, al grado de participar por un tiempo en una de ellas.
La explosión del polvorín sacudió a la familia, pero a la vez mantuvo a sus integrantes más unidos que nunca.
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Raúl deja en la orfandad a cuatro menores de edad, quienes también estuvieron presentes en el funeral y despidieron a su padre con un abrazo a su ataúd y un “te vamos a extrañar”.
De lo ocurrido la tarde del pasado viernes se habla poco y solo se sabe que posiblemente la colilla de un cigarro mal apagado pudo ser la causante del siniestro.
“Ve con Dios Raúl, nos vemos pronto”, expresó sollozo unos de sus seres queridos, para después resonar un prolongado aplauso, acompañado de cohetes y bombas que hicieron retumbar todo el panteón de Contla de Juan Cuamatzi.
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