Son maestros rurales. Se encargan de acercar el conocimiento a 29 niños y adolescentes de Santa Isabel Mixtitlán, alejada comunidad del municipio de Calpulalpan. Ellos son Viridiana Carro, Ana Cristina Rodríguez y José Alberto González.
La distancia que deben recorrer, el difícil acceso a sortear en la zona boscosa y separarse de sus familias cada semana son ejemplo del tesón que pone el magisterio tlaxcalteca a su diaria labor y los hace dignos representantes del gremio en este Día del Maestro.
Para ellos, la jornada no concluye tras ocho horas de trabajo en el salón de clases. El suyo es un compromiso de vida al que destinan gran parte de su día, sostienen los mentores en entrevista para El Sol de Tlaxcala.
Santa Isabel Mixtitlán es un poblado que apenas supera los 150 habitantes. Ubicado en la zona boscosa de Calpulalpan no cuenta con servicio de transporte público. Para llegar a la comunidad es necesario el transporte privado o definitivamente caminar.
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Para arribar a la zona desde la capital tlaxcalteca la aplicación GPS nos indica una hora cuarenta minutos, tiempo que puede variar conforme a las condiciones del transporte; sin embargo, esto no es importante para los docentes pues lunes a lunes regresan gustosos a impartir sus clases.
CONAFE, OPCIÓN DE FORMACIÓN PARA COMUNIDADES ALEJADAS
Estos tres educadores rurales pertenecen al Consejo Nacional de Fomento Educativo (Conafe), asignados a la comunidad de Mixtitlán, Calpulalpan, ubicada en uno de los lugares más recónditos de Tlaxcala.
Actualmente el esquema de formación Conafe cuenta con 602 educadores comunitarios distribuidos en la entidad tlaxcalteca, que atienden 172 instituciones orientadas a la educación inicial y 305 escuelas de educación básica comunitaria (preescolar, primaria y secundaria).
De los 60 municipios, 44 cuentan con educación comunitaria divididos en tres regiones, debido a que este organismo descentralizado de la Secretaría de Educación Pública atiende zonas de alta y muy alta marginación o en las que no es posible contar con un servicio educativo regular.
COMUNIDADES COMPROMETIDAS CON MAESTROS RURALES
Santa Isabel Mixtitlán, Calpulalpan, cuenta con una de las 602 escuelas comunitarias del estado, en la zona el compromiso de la comunidad es amplio, pues la intención de los habitantes es que los maestros permanezcan en el poblado y sus hijos no trunquen sus estudios.
A la institución educativa, que cuenta con formación inicial, preescolar, primaria y secundaria, acuden 29 estudiantes, la mayoría oriundos de Mixtitlán, aunque también lo hacen seis niños del rancho La Palma, perteneciente a Calpulalpan.
Por ello, los docentes Viridiana Carro Leal, Ana Cristina Rodríguez Alvarado y José Alberto González Lugo son apoyados con alimentación y alojamiento durante el ciclo escolar, una de las reglas que lso docentes tienen.
En una habitación de dos por dos metros pernoctan los docentes. Viridiana y Ana Cristina comparten cama, mientras que José Alberto duerme por separado; cuentan con un pequeño armario que también sirve de alacena, una parrilla y una mesa para sus necesidades básicas.
Para asearse ocupan una regadera improvisada en los baños de la escuela, que opera con un calentador de leña y cuando tienen prisa ocupan una resistencia eléctrica.
La alimentación corre a cargo de las madres de los alumnos, que cada semana se turnan para dar el desayuno, comida y cena a los mentores, quienes aprovechan estos momentos para conocer a las familias y sus costumbres.
Las clases son impartidas de 09:00 a 14:00 horas, a estudiantes de Santa Isabel Mixtitlán y un rancho denominado “La Palma”.
Los maestros sostienen que la dedicación de los tutores es destacable, pues les han manifestado que buscan mantenerlos contentos ya que en años pasados sus hijos se han quedado a medio ciclo, pues los maestros abandonaron su trabajo.
REGRESAR ALGO A LA COMUNIDAD, ES LO QUE ME MUEVE: ANA CRISTINA
Ana Cristina Rodríguez Alvarado, educadora comunitaria del nivel primaria es oriunda de Mixtitlán, y lleva dos años de servicio en la comunidad.
Con 25 años de edad y una licenciatura en Ciencias de la Educación, decidió sumarse al sistema Conafe “para regresar un poco de lo que mi comunidad me dio”.
Cristina se muestra conmovida al narrar su experiencia como docente. Ella estudió en un Conafe, pero asegura que le fue difícil integrarse a un sistema escolarizado pues no tenía el mismo nivel de conocimiento.
Esta situación la motivó a buscar que los niños de su comunidad aprendan cosas más relevantes, que les ayuden a continuar sus estudios y no tengan que vivir su experiencia y la de sus hermanas.
“Mi servicio ha sido satisfactorio, no solo yo lo puedo notar, también lo hacen los papás y me lo hacen saber”, expresó.
A su cargo tiene 16 niños de primero a sexto grado de primaria; sus actividades y materias las trabaja de acuerdo al nivel de complejidad, con lo que se da el tiempo de atender y despejar las dudas de cada uno de sus alumnos,
A pesar de ser un grupo reducido, comparado con el nivel escolarizado, sostiene que esto no facilita la impartición de contenidos. “Al atender diferentes grados las necesidades cambian, van acorde con las edades, la materia y el nivel de aprendizaje”.
En su futuro próximo, Cristina no visualiza ser docente en un esquema escolarizado y, de llegar a hacerlo, recalcó que “siempre seguiré ayudando a las zonas rurales, porque son las que necesitan más apoyo”.
Asegura que unos de los aspectos que como mentores en un medio rural tienen que tomar en cuenta son sus costumbres y tradiciones, porque de ahí parten para lograr un aprendizaje significativo con las infancias.
Pese a ser originaria de la localidad, Cristina respeta las reglas, vive en la institución educativa y recibe la alimentación de sus vecinos, como una muestra de solidaridad con sus compañeros y porque así lo establece el esquema educativo.
LA DISTANCIA NO ES IMPEDIMENTO PARA LOS MAESTROS RURALES
Viridiana Carro Leal, quien imparte el nivel preescolar, y José Alberto González Lugo, responsable de secundaria, viajan cada semana a Mixtitlán. El trayecto les toma unas dos horas, pero la distancia no ha sido impedimento para ellos.
Los lunes salen en promedio a las 06:00 horas de sus hogares ubicados en el municipio de Panotla y Tlaxcala, transbordan hasta Nanacamilpa, donde integrantes de la comunidad los recogen en sus unidades particulares para llevarlos a la población.
Y es que en Mixtitlán no hay transporte público, situación recurrente en localidades y rancherías cercanas, debido a que este servicio solo llega a la cabecera municipal de Nanacamilpa.
Viridiana Carro solo concluyó la preparatoria y un semestre de la licenciatura en Criminología, pero el destino la llevó desde hace tres años a impartir educación inicial y preescolar en el Conafe.
Inició su servicio en La Lima, municipio de Huamantla, narra a este Diario, labor que considera loable por hacerla en una escuela de un entorno rural.
Ella es madre de un hijo con discapacidad de lenguaje, por lo que ha sido un reto integrarse a un esquema de formación de escuelas rurales; no obstante, eso la ha motivado para que en un futuro próximo acceda a una carrera de formación docente.
Su menor hijo está inscrito en la institución educativa, y se dice sorprendida por el compromiso de sus compañeros, debido a que en nueve meses el infante aprendió a leer y ya sabe contar con señas.
En tanto, para José Alberto González Lugo, maestro de secundaria y psicólogo de formación, la educación lo envolvió. “Dar clases me llamó mucho la atención, no tanto como ahora que estoy aquí porque ya ves las cosas desde puntos diferentes”.
Proveniente de Acuitlapilco, sostiene que viajar, quedarse en el pueblo, el clima frío, la falta de internet y televisión no le han pesado. La comunidad es ya su segunda casa.
Platica que cuando tienen tiempo libre salen a pasear por la comunidad, si tienen buen servicio de internet aprovechan para contactarse con amigos y familiares. Los fines de semana descargan películas para entretenerse durante los días que pasan en Mixtitlán.
Regularmente las tardes son de trabajo, limpieza de la escuela, disfrutar de la naturaleza y convivir con los vecinos escuchando las anécdotas que le cuentan.
LAS DIFICULTADES
La escuela Benito Juárez tiene 40 años de operar en Santa Isabel en preescolar y primaria y, hace un par de años, se implementó el nivel secundaria.
Regularmente, para continuar con su preparación los alumnos deben convencer a los papás, aunque cada vez es más regular que lo hagan, si no su destino será integrarse al campo laboral, la agricultura o ganadería.
Con el apoyo de sus padres, algunos de ellos cursan preparatoria en Calpulalpan, zona más cercana. Terminar su formación secundaría con el apoyo de los papás es primordial para continuar su preparación.
Los docentes juegan un papel importante, pues la mayoría dejan las comunidades por los bajos salarios que perciben -tres mil 900 pesos mensuales-, por ello, comentan que si no les proporcionaran alojamiento y comida el sueldo no les alcanzaría.
SALARIO
Un maestro rural adherido al Consejo Nacional de Fomento Educativo percibe un sueldo de tres mil 900 pesos al mes, por lo que viajar diario le imposibilitaría cumplir con su labor, por eso tienen como regla que los padres cubran gastos de comida y vivienda.
DATO:
Los niños son trasladados por los papás en transporte particular, bicicleta o caminando