El momento de desempolvar esferas y desenredar series luminosas está por llegar, pues de acuerdo con la tradición católica este año el arbolito de Navidad debe colocarse y decorar el próximo domingo 27 de noviembre con el inicio del Adviento.
El Adviento es el período de preparación para celebrar la Navidad y comienza cuatro domingos antes de esta fiesta. Además, se encuentra en el comienzo del año litúrgico católico. Este 2022 comenzará el domingo 27 de noviembre y el último domingo de Adviento será el 18 de diciembre.
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Siguiendo esta tradición, el día que debería quitarse el arbolito es el jueves 2 de febrero de 2023, con la celebración de la Candelaria, fiesta que tiene lugar cuarenta días después de Navidad y conmemora la presentación de Jesús en el templo de Jerusalén.
¿Y si nos esperamos a diciembre?
Muchas personas se esperan para colocar el árbol hasta el 8 de diciembre, día que se conmemora a la Inmaculada Concepción, pues así lo decretó el Papa Pío IX en1854, como el día en el que la Virgen María “fue preservada por privilegio único de la mancha original desde el primer instante de su Concepción” y, bajo esta tradición, también sería la fecha indicada para colocar el nacimiento.
Aunque esta fecha ya no se considera oficial, es común ver familias y parroquias que la reservan con esperanza.
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¿Qué simboliza colocar el arbolito cada año?
¿Recuerdas aquel villancico que dice: “Navidad, Navidad, ya llegó la Navidad, tenemos un arbolito y lo vamos a adornar”? Estos versos tienen mucho más sentido cuando nos acercamos al origen de la tradición.
De acuerdo con la revista El pueblo católico, el árbol de Navidad es un símbolo y un recordatorio de que Jesús es el “árbol de la vida” y la “luz del mundo”; un memento anual de su llegada al mundo para salvar a su pueblo. De igual forma, sus elementos son emblemas de lo que se vive durante las fiestas navideñas.
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Las luces son símbolo de Cristo, “la luz del mundo”, y de los rasgos y virtudes divinos y humanos del Hijo de Dios. Las esferas representan los frutos del árbol de la vida, quién es Cristo, y los dones de Dios para los hombres. La estrella colocada en la punta del árbol representa la fe que debe guiar la vida del cristiano, recordando la estrella que dirigió a los Reyes Magos hasta Belén. Los lazos alrededor del arbolito representan la unión familiar, las decoraciones brillantes indican la gloria de Dios y el color verde es un símbolo antiguo de la eternidad.
¿Artificial o natural?
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El dilema de cada año está de vuelta: ¿debería comprar un pino natural o limpiar el sintético? Lo cierto es que ambas opciones tienen costes y beneficios.
De acuerdo con la revista National Geographic, un árbol artificial se puede reutilizar, pero su esperanza de vida es muy corta. Se calcula que el plástico tarda entre 100 y mil años en descomponerse y, si imaginamos cuántas familias tiran sus árboles cada año, los números resultan aberrantes.
Al elegir este tipo de producto, se debe considerar la calidad por encima del precio. De esta forma, se crean más posibilidades de usarlo en años posteriores.
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Por otro lado, los árboles naturales son completamente reciclables, aunque se estima que millones de ellos acaban en los vertederos tras su uso decorativo en hogares de todo el mundo. Algunos estudios más críticos señalan que la ventaja ecológica de los árboles naturales se reduce cuando se toman en cuenta los fertilizantes, pesticidas, el agua y el combustible utilizado para su crianza y transporte.
Por esa razón, es recomendable que venga de un lugar cercano, de un bosque bien cuidado, con los permisos necesarios y no de una zona lejana donde la tala ilegal pudiera ser protagonista. Finalmente, debe considerarse al elegir la segunda opción que el destino es lo más importante de este tipo de árboles: asegurarse de llevarlo a un centro de reciclaje es lo ideal.
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Y el pino… ¿sí es pino?
Es muy común ver pinos naturales decorando los hogares en esta temporada, pero curiosamente no todos pertenecen a esta especie.
De acuerdo con la Comisión Nacional Forestal de México, los productores eligen sembrar árboles que destaquen por su buen aspecto y aroma, rasgos solicitados por los clientes.
Las especies más comunes son:
– Pino blanco o pino vikingo (Pinus ayacahuite)
– Pinabete (Pseudotsuga)
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– Pino prieto (Pinus greggii)
– Pino piñonero (Pinus cembroides)
– Oyamel (Abies religiosa)
– Picea (Picea sp.)
– Cedro blanco (Cupressus lindleyii)
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Los anteriores pertenecen a las coníferas, un grupo de árboles y arbustos que se caracterizan por hojas simples con forma de aguja y por dar frutos de consistencia dura llamados conos o piñas.
Dentro del amplio y maravilloso reino de las plantas, las coníferas tienen una gran presencia en el territorio nacional, especialmente en zonas de clima frío o húmedo; por lo que las mayores plantaciones dedicadas para Navidad se encuentran en el Estado de México, Guanajuato, Puebla, Michoacán, Veracruz, Tlaxcala, Distrito Federal, Coahuila, Durango, Zacatecas, Hidalgo, Querétaro, Tamaulipas, Jalisco, Oaxaca, Nuevo León, Aguascalientes y Morelos.
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