La legendaria serie mexicana “Soy tu fan” llegó a la pantalla grande este otoño 2022 con una película que antecede a la tercera temporada cuyo estreno, según la producción, llegará muy pronto.
Protagonizada por Ana Claudia Talancón y Martín Altomaro, la cinta se desarrolla en un periodo de tiempo muy corto, por lo que además de los fans, el público en general puede verla sin tener un contexto previo o, al menos, así debería ser.
Esta historia comienza con una boda, pero no cualquier boda; se trata de una ceremonia cancelada de último momento por Charly, la novia, dejando plantado a Niko en el altar. Durante un justificado arranque de ira, el casi esposo le envía una carta donde expresa su desprecio deseando un solitario y desolador futuro a la casi esposa.
Tuvieron que pasar años para que el destino los volviera a unir en otra boda, pero esta vez los nombres en las invitaciones son los de Rocío y Diego, sus mejores amigos. La pareja decidió unir sus vidas con una elegante celebración patrocinada bajo la influencia mediática de Diego, por lo que la exuberante fiesta se prolonga varios días en un hotel junto al mar, lugar donde acontece la mayor parte del argumento.
A la boda se dan cita Niko, con su nueva novia, y Charly, con la soledad augurada tiempo atrás. Ahí, reviven icónicos momentos de nostalgia y pasión mientras crean nuevos recuerdos a la par de sus amigos y familia. Es justo en ese espacio donde deberán reconocer los errores del pasado para proyectar su futuro, juntos o separados.
Una tormenta tropical, cientos de mentiras, varias lágrimas y algunos momentos de humor cliché se envuelven en una atmósfera romántica a la que intentó acercarse Mariana Chenillo, la directora, sin lograr del todo la construcción de personajes entrañables o escenas impredecibles.
El esfuerzo por reconectar con una generación que creció siguiendo los consejos y el ejemplo de estos estereotipos de la comedia romántica mexicana de clase alta logró sin duda una película para fanáticos del romance entre Charly y Nico, pero no del cine.
Las actuaciones y diálogos, muy a lo “palomero”, recalcan que la intención artística no fue una prioridad en Soy tu fan y también que no debería serlo forzosamente. Esta obra es una invitación a sentir, a entendernos humanos y entender la función de la narrativa como un reflejo de lo más íntimo del amor.