El 22 de septiembre de 2022 Tlaxcala se estremeció al conocer lo ocurrido en el municipio de Contla de Juan Cuamatzi.
Esa mañana, un bebé de tan solo 11 meses de edad perdió la vida al presuntamente ser golpeado por su padrastro, identificado con el nombre de Eliud N.
Desde ese día, el clamor de justicia en aquella demarcación era una constante y derivado de las investigaciones del personal de la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE), el presunto responsable del delito de homicidio agravado ya se encuentra tras las rejas.
NADA PERSONAL tuvo acceso a la Carpeta de Investigación marcada con el número C.I. UIHOM-S/60/2022, en la que Daniela N., madre de la víctima, narra lo sucedido ese fatídico día.
La joven de 23 años de edad describió ante la Agencia del Ministerio Público que alrededor de las 10:00 horas salió del domicilio que habitaba con su concubino, en la Sección Séptima, para ir a vender unos fierros de chatarra con una vecina, dejándolo con el menor identificado con las iniciales C.G.J.H.
A su regreso, alrededor de una hora más tarde, ingresó al cuarto que habitaba y observó a su hijo tirado en el piso llorando, momento que Eliud N. aprovechó para darle una patada con el pie derecho en la cabeza.
De pronto corrió a abrazarlo al percatarse que no reaccionaba y, al revisar su cuerpo, notó una textura blanda en la parte que recibió el golpe, por lo que pidió a Eliud N. llevarlo al hospital.
Empero, su concubino se negó y evitó que Daniela N. saliera, por lo que forcejearon por unos minutos, pero ella logró salir del domicilio y se dirigió a la Dirección de Seguridad Pública de Contla de Juan Cuamatzi para pedir ayuda.
En el transcurso del camino, Daniela notó que Eliud la seguía a unos metros de distancia, pero tras ingresar a la comandancia y ser informada por personal de Protección Civil que su hijo ya no contaba con signos vitales, su concubino aprovechó para huir.
Eliud N. y Daniela N. se conocieron cuatro meses antes del fallecimiento del menor en un anexo para rehabilitación de alcohólicos y drogadictos denominado “La Concepción 2”, ubicado en Chiautempan.
Ambos acudieron a ese sitio al encontrarse en proceso de rehabilitación por el consumo de drogas, específicamente del llamado “cristal”.
Tras salir de ese anexo, decidieron irse a vivir juntos al municipio de Contla de Juan Cuamatzi, de donde es originario Eliud N., quien a principios del mes de septiembre recayó en el consumo de “cristal” y mariguana, lo que lo tornó agresivo y ejercía violencia en contra de Daniela N. y su menor hijo.
La joven madre refirió que cuando el hombre se tornaba agresivo, no medía sus acciones, al grado de que llegó a golpear a su madre en más de dos ocasiones, situación por la que fue remitido a los separos municipales.
Derivado de estos actos, Daniela N. amenazó a Eliud N. con dejarlo, situación que provocó que el joven de 22 años intensificara el consumo de drogas y las agresiones en su contra y de su menor hijo.
Este caso cobra relevancia porque agentes de la Policía de Investigación, adscritos a la PGJE, obtuvieron una orden para aprehender a Eliud N. en plena Semana Santa, por el delito de homicidio agravado y, al ser llevado ante el Juez de Control, se decretó privación preventiva oficiosa, además de tres meses para el cierre de la investigación complementaria.
El agente del Ministerio Público, elementos de Investigación y Servicios Periciales de la PGJE obtuvieron datos de prueba que arrojaron como presunto responsable al padrastro del menor, al causarle la muerte por traumatismo craneoencefálico secundario a contusión directa, derivado de las lesiones que le causó en la cabeza.
No obstante, el caso aún no está cerrado y no se descarta que la defensa de Eliud N. presente un amparo ante las posibles inconsistencias en que habría incurrido la PGJE.
En medio del entorno de violencia que vive la entidad, lo deseable es que el presunto responsable de este homicidio obtenga todo el peso de la ley por su reprobable conducta y, con ello, abrir la esperanza a familias que en los últimos meses han vivido en carne propia lo que es perder a un integrante por homicidio doloso, para decirles desde el aparato gubernamental que en Tlaxcala no hay impunidad y quienes infrinjan la ley, tarde o temprano serán castigados.