El Obispo de Tlaxcala, Julio César Salcedo Aquino, externó que ante las situaciones difíciles vividas en los últimos tres años.
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la pandemia nos enseñó a estar al servicio de los demás y a ser solidarios con el prójimo.
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Frente a la Parroquia de Nuestra Señora Santa Ana, el máximo jerarca de la Iglesia Católica refirió que la contingencia sanitaria nos permitió comprender que somos limitados y no podemos tener seguridades humanas, ante la imposición de la realidad.
Salcedo Aquino planteó que el Viernes Santo se convirtió en una contemplación de amor y muestra de que Jesús venció la muerte y el pecado.
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Destacó que este año, las puertas de los católicos se abren, después de entender que dependemos de Dios ante momentos difíciles y complejos que dieron cuenta de la fragilidad de la humanidad.
Ante miles de católicos congregados en la explanada del Parque Hidalgo, comentó que la solidaridad cristiana salió a flote, pues las personas apostaron para apoyar al enfermo y utilizaron de sus propios recursos en solidaridad de quienes resultaron invadidos por el SARS-CoV-2.
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Convocó a los presentes a tener una mirada compasiva, ha hacer presencia de servicio y ser fieles al proyecto de Dios, proclamar el evangelio de vida, trabajo y sufrimiento de Jesús.