La cosa más práctica e importante en un
hombre es su concepto del universo.
Gilbert Keith Chesterton
Desde cualquier perspectiva, el proceso de desarrollo de la institución de educación superior más importante del estado, sin soslayar su posicionamiento dentro de las mejores del país, merece, además del reconocimiento social, la mejor de las celebraciones, al arribar a su 46 aniversario, espacio temporal donde se aprecia el cumplimiento de sus responsabilidades y obligaciones, como lo pueden testimoniar sus miles de egresados, mujeres y hombres, que han transformado su contexto, y logrado la movilidad social a la que se aspira cuando se ingresa a las instituciones educativas.
Bajo estas consideraciones, la Universidad Autónoma de Tlaxcala, ha sido un factor de cambio, a partir de entender perfectamente, cuáles son las necesidades y condiciones establecidas en el ámbito de su competencia para adecuar, en su caso modificar, los planes y programas exigibles por una sociedad cada día más demandante, permitiéndole la aceptación entre quienes tienen aspiraciones de progreso y de cambio, así lo demuestran sus 16465 matriculados actualmente.
Con motivo del aniversario se considera, como un deber, hacer una breve semblanza para recordar aquellos aspectos de trascendencia, desde su naturaleza, hasta su consolidación, pues para muchos, ha sido un catalizador positivo para transformar sus formas y niveles de vida; contribuyendo con sus conocimientos al progreso de aquellas áreas donde se desempeñan.
Sin más, ante la imposibilidad de darle continuidad a sus estudios, la juventud de Tlaxcala, de los años setentas, veía desalentada, la carencia de oportunidades, no solo por la falta de una escuela superior, sino además, por las limitaciones de dinero de los padres, pocos eran quienes tenían las posibilidades económicas de viajar a Puebla o a México para estudiar, algunos otros, con enormes esfuerzos de la familia, podían solventar una formación universitaria para conseguir un titulo profesional, el resto, miraban con pesar, la falta de oportunidades, quedando a merced de la medianía de un trabajo o un oficio.
Afortunadamente, más allá de las circunstancias políticas de la época, mediante el decreto número 95 del Congreso del Estado, se instituye la Universidad Autónoma de Tlaxcala el 20 de noviembre de 1976 así como su Ley Orgánica; ya con las bases legales, la integración, paulatina de las escuelas de Enfermería, Derecho, Comercio, Trabajo Social, Idiomas y la Normal Superior, son las bases que le dan sustento a esta Alma Mater.
Ya con el reconocimiento legal, empieza el proceso de crecimiento, desde luego, con la participación de gente visionaria, para impulsar, gestionar, transformar y cambiar, entre otras tantas cosas, el contexto social, político y económico de Tlaxcala, esa ha sido parte de la misión que hoy se cumple en otro periodo de tiempo anual.
Ante la imposibilidad de poder destacar todos los logros de la universidad, integrados a sus funciones sustantivas, se pueden señalar, de manera sucinta, algunos de ellos, por ejemplo, el incremento de su matrícula, su cobertura, sus planes y programas formativos, que le han permitido la incorporación de estudiantes de diversos estados del país y del extranjero, la movilidad y el intercambio de sus docentes. Se cuentan actualmente, 186 académicos pertenecientes al Sistema Nacional de Investigadores (SIN); el 98 % de sus programas se encuentran acreditados; existen ocho centros de investigación, los que representan una muestra del extraordinario crecimiento y evolución de la Universidad.
De las características y cualidades más sobresalientes, tienen su referencia en su cuarto eje sustantivo, la autorrealización, orientada justamente al principio de formación de los universitarios, como hombres y mujeres de libre pensamiento, con la capacidad de aportar sus conocimientos a los cambios estructurales de su contexto, ser independientes y colaborativos, dicho de otra manera, que sean elementos fundamentales en beneficio de la colectividad.
Asimismo, por su trabajo, la universidad tiene la presidencia de la sección centro sur de la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES); sin duda con mucho merecimiento.
Para concluir los festejos del aniversario, se llevó al cabo la imposición del Doctorado Honoris Causa al doctor Sergio García Ramírez, notable impulsor de los derechos humanos, desde su construcción teórica hasta su adecuación, defensa y protección en la práctica; estos elementos lo convirtieron en un defensor a ultranza de la autonomía universitaria; además de ser un connotado jurista, reconocido en diferentes ámbitos del país y del extranjero.
En un discurso final, así lo escuché, el rector, doctor Serafín Ortiz Ortiz, se refirió a la universidad como el “Escenario idóneo de libertades través de la introducción de se traza la trayectoria de vida de sus educandos a través de la introducción de sabiduría científica y tecnológica en el ejercicio fecundo de la alta docencia, de la vocación de la enseñanza y de la construcción de los procesos de aprendizaje que transforman al ser humano”. en este fragmento, se puede sintetizar el trabajo cotidiano, el cumplimento de los principios institucionales, la innovación y el cambio, siempre a la vanguardia de la educación. Por todo esto, y porque me formé en sus aulas, puedo decir que Yo soy UATx.